The Bale Phnom Penh

La idea de un complejo de lujo minimalista y futurista en una idílica localidad ribereña de Asia no es nueva. Pero el éxito de un hotel como el Balé Phnom Penh no depende tanto del factor sorpresa como del proyecto en sí. En ese sentido, el Balé, como su hermano mayor en Bali, raya casi la perfección: las líneas arquitectónicas alcanzan esa sencillez zen a la que aspiran y hasta los equipamientos contribuyen a potenciar esa sensación de plenitud que la arquitectura logra transmitir.
Esa sensación comienza al atravesar la pasarela de piedra que parece flotar sobre una piscina de fondo negro: una entrada cuando menos triunfal. Sigue luego en las suites, cada una con no menos de 100 m² y vistas al patio central o a las aguas del Mekong. En el interior, un diseño sobrio y elegante muy centrado en las texturas se combina con placeres quizá no tan elevados (léase servicio de mayordomo y máquinas de café expreso…).
El restaurante, por su parte, propone una visión contemporánea de la cocina clásica jemer. Su personal estará encantado de compartir con usted sus conocimientos: las clases de cocina comienzan con una excursión al mercado local seguida de una sesión intensiva en el Balé. Mientras tanto, el spa y el centro de bienestar le estarán esperando para ofrecerle todo tipo de tratamientos y servicios, desde masajes tradicionales jemeres hasta sesiones de entrenamiento personalizado. A todo esto, usted se hallará teóricamente en Nom Pen, lo cual es muy práctico a la hora de viajar, pero la ubicación del hotel a cierta distancia del centro le permitirá disfrutar de una plácida estancia en las riberas del río Mekong.