Mandarin Oriental Paris

Los adictos a las hospederías de lujo estuvieron preparándose durante años para la llegada de este hotel. París es una ciudad acostumbrada a la hospitalidad afluente y se sabía que el Mandarin Oriental iba a tener que ofrecer algo sumamente especial, aun dentro de los altos estándares de la empresa, para generar una impresión positiva. Y cuando se reveló que iba a estar ubicado en la Rue Saint-Honoré, en el corazón del distrito de las tiendas de lujo, justo al norte del Louvre, la anticipación se convirtió en frenesí.


No hace falta decir que, cuando el hotel finalmente abrió sus puertas, no decepcionó, y dudamos que lo haga en el futuro. Es algo muy poco visto en París: un edificio de hotel de estilo contemporáneo, con mucho estilo, ya que se reclutó un equipo de ensueño, entre arquitectos y diseñadores. El objetivo era crear un ambiente apropiadamente moderno y a la vez parisino, con una dosis saludable de influencia art déco​ en homenaje a las raíces históricas del edificio.


En su interior encontrarás 99 habitaciones muy elegantes y sólidamente construidas. Está claro que no se reparó en gasto sen ninguna parte del edificio. Normalmente, los hoteles de lujo destacan por sus baños, y los del Mandarin Oriental Paris son enormes y espléndidos, haciendo que el spa casi parezca algo redundante. Y las 39 suites, con diez estilos diferentes, van de lo extravagante a lo pasmosamente opulento.


En conclusión, es casi perfecto si lo que buscas es la perfección, y esto también se aplica a los restaurantes, entre los que se incluye el restaurante Sur Mesure del chef Thierry Marx, con dos estrellas Michelin. El Mandarin Oriental Paris se ha unido a la corta lista de hoteles donde las buenas impresiones están prácticamente garantizadas para quienes viajan con presupuestos ilimitados. Y su ventaja sobre los demás, es que se encuentra en un paraíso de compras y a unos (cien) pasos del Louvre y de la Ópera Garnier.