Thérèse

Es difícil imaginar una ubicación más cercana al centro de la ciudad que la del Hotel Thérèse. Literalmente a tiro de piedra del Louvre, el Palais Royal y la Comédie Française, el hotel sencillamente no puede estar mejor ubicado para quienes deseen ir de compras o visitar los monumentos de la ciudad. La Opera de París, la rue Saint Honoré, la Place Vendôme y la Place de la Concorde están a sólo unos pasos del hotel, al igual que las principales boutiques. Y por supuesto también hay transporte público disponible en la zona, con lo cual quienes quieran visitar otros barrios no tendrán problemas para moverse por la ciudad.
Los hay incluso dispuestos a dormir bajo un puente o en una caja de cartón con tal de estar tan cerca de la acción. Afortunadamente, no hay ninguna necesidad de hacerlo. El hotel dispone de 40 habitaciones que son tranquilas, contemporáneas y muy confortables. Con un entorno tan estimulante, los arquitectos y decoradores del hotel no han tenido que recurrir a un diseño rompedor o a muebles retro de dudoso gusto para que el huésped pueda vivir una experiencia inolvidable en el hotel. En su lugar, el Thérèse recurre a muebles y ropa de cama de alta calidad, un diseño exento de pretensiones y una iluminación tenue, creando así una atmósfera relajante que permite que el entorno cobre el protagonismo que se merece.
Se trata de un hotel boutique pequeño y económico y, evidentemente, parisino, lo cual significa que no proporciona los mismos servicios que puede ofrecer, por ejemplo, un complejo de lujo mejicano. Pero por el precio y la ubicación (con todos los puntos de interés del centro de París a mano), sería absurdo quejarse por la ausencia de una piscina cubierta o de un spa.