Le Meurice, Dorchester Collection

Apodado «El Hotel de los Reyes», el Meurice ha acogido a personalidades de la talla de la Reina Victoria, el Maharajá de Jaipur y los Reyes de España. Desde hace más de cien años, el Meurice ha sido, para muchos, el hotel francés por excelencia. Anímate a visitarlo y podrás disfrutar de un banquete al más puro estilo de Brillat-Savarin o de un sabroso té en el salón rojo.

Gracias a un cuidado proceso de restauración, el Meurice ha alcanzado cuotas de excelencia antes desconocidas, acentuando, especialmente por su carácter francés. Los camareros desfilan entre las mesas con gracia y elegancia. Algo tan sencillo como una tostada se sirve sobre una enorme y reluciente bandeja de plata. Por otra parte, en el spa podrás disfrutar de multitud de tratamientos con aceite de pepitas de uva, extraído nada más y nada menos que de las uvas del Castillo Lafite.

Los más puristas siguen prefiriendo la elegancia ligeramente dilapidada que lucía el hotel antes de la restauración, pero lo cierto es que resulta difícil no dejarse impresionar por la majestuosa entrada desde las Tullerías, o por los decorados de mármol, los preciosos candelabros y los imponentes suelos de mosaico. El restaurante del Meurice es uno de los más hermosos de la ciudad, con las mesas engalanadas en manteles de damasco y adornadas con candelabros de tres brazos y la mejor porcelana de Limoges. En cuanto a las habitaciones, son todo un alarde de pintura antigua, alfombras orientales, y muebles Luis XV, Luis XVI, y estilo imperio. Los cuartos de baño son muy espaciosos y de mármol, con bañeras que se llenan en un abrir y cerrar de ojos y enormes duchas hidromasaje.

Visítanos y comprobarás que el carácter típicamente francés del hotel también se aplica a nuestro personal, que combina eficacia (a raudales) con personalidad (y mucha). Los porteros y los botones que hacen guardia a la entrada del hotel son personas que, sin dar muestras de esnobismo, imponen con su presencia, distinguiendo a la perfección a los huéspedes del Meurice entre la marabunta de turistas. Durante su estancia en el hotel, el conserje se encargará de ir a recoger tus trajes a la tintorería, arreglar tu teléfono móvil y reservarte entradas para el teatro. Te garantizamos que el exquisito desayuno que servimos directamente en la cama es capaz de curar cualquier enfermedad. Estamos convencidos de que la bandeja del desayuno, con su mantelería blanca, su rosa, su exposición de platería y los más deliciosos croissants de mantequilla constituye una forma inmejorable de empezar el día. El Meurice es, en definitiva, el destino ideal para aquellos que deseen vivir una experiencia parisina al cien por cien.