Hope Springs Resort

Hope Springs hace referencia a dos aspectos de la clásica California: el motel de carretera modernista de mediados de siglo (no nos cansamos de su resurgimiento) y las termas naturales (hot springs, en inglés), el principal atractivo del hotel. Hoy en día suele olvidarse por qué Palm Springs se llama así. Si bien es cierto que se ha convertido en la meca de los golfistas y los amantes de la arquitectura de mediados de siglo, hubo una época en que este rincón de la parte alta del desierto —concretamente, Desert Hot Springs, a veinte minutos de Palm Springs— era famoso por sus aguas termales.
Después de varias renovaciones importantes, el hotel cuenta con diez habitaciones decoradas con un estilo minimalista sobrio y elegante, y tiene el aspecto de un refugio privado. Su escala no es la del típico complejo hotelero de Palm Springs, ni mucho menos. Las habitaciones están equipadas con poco más que una cama king y un reproductor de CD. También hay conexión inalámbrica a Internet, por si no puede permitirse el lujo de desconectar del todo, pero la televisión y los teléfonos brillan por su ausencia, y se intenta evitar que los huéspedes se lleven el portátil y el móvil a la piscina, de ahí la tranquilidad que se respira en este lugar.
Puede apuntarse a hacer yoga y también puede solicitar los servicios de masajes y envolturas corporales que se prestan en la cabina de tratamiento; si desea bañarse, dispone de tres piscinas termales, dos de agua caliente y una de agua templada. No se preocupe por esos niños maleducados que suelen atestar las piscinas: en Hope Springs sólo se admiten adultos. Además, el tamaño reducido y el ambiente discreto del hotel lo hacen idóneo para parejas. En cuanto a la ciudad, es más bien tranquila; si tiene ganas de ambiente, Palm Springs está muy cerca en coche, de lo contrario, el Joshua Tree queda al lado del hotel.
*El hotel requiere siempre un mínimo de 2 noches de estancia. En el momento de formalizar su reserva, rogamos indique la hora de llegada prevista.