The Maritime Hotel

El hotel Maritime fue diseñado en 1966 para el Museo Marítimo Nacional, de ahí su nombre y sus referencias náuticas. Hoy es uno de los sitios más frecuentados de Nueva York, en gran parte por su ubicación (junto al Meatpacking District), pero también por los atractivos del propio hotel.

Este no es un hotel ni mucho menos tradicional; todas las habitaciones están orientadas al oeste, y por las ventanas de metro y medio de altura con forma de ojo de buey se puede contemplar el río Hudson y Nueva Jersey. Las habitaciones son compactas, pero bien diseñadas, con mobiliario integrado, de forma que todas las necesidades (espacio de almacenaje, escritorio, televisor de pantalla plana) se adaptan perfectamente al reducido espacio. Por supuesto, la conexión a Internet inalámbrica no ocupa espacio en absoluto. La decoración roza lo kitsch, pero en realidad resulta encantadora si uno acepta el concepto de camarote, incluidas las paredes forradas de madera.

Pero la auténtica acción, obviamente, se desarrolla en los espacios públicos, desde el desfile de modelos y actores por el vestíbulo a La Bottega, el restaurante italiano con su terraza de 3000 m2 (el mayor espacio al aire libre de todos los hoteles de Nueva York). Matsuri, escaleras abajo, es un excelente restaurante japonés, y los clientes del hotel disponen de pases para el cercano club deportivo New York Sports Club.

Sin ser un hotel boutique ni un hotel de lujo, el Maritime ocupa un lugar propio como hotel intermedio, uno de los pocos "hoteles hip" de Nueva York, pero con un servicio algo por encima de lo que cabe esperar en un hotel con ambiente de club nocturno. El barrio es una de las zonas emergentes de la noche neoyorquina, y el Maritime se beneficia de su ubicación en el downtown; la mayoría de los hoteles de Nueva York están en el aburrido midtown o en los estirados Upper East o West Side. Un dato importante: todas las habitaciones tienen, sin excepción, una sola cama queen, así que los turistas que necesiten dos camas deben buscar en otra parte. Pero si viaja solo, o no le importa arrimarse a su acompañante, es el hotel ideal para combinar la comodidad con lo que está de moda.