Thompson Nashville

Nashville, en caso de que no lo sepa, está viviendo un momento de gloria. Eso es algo que los hoteleros vieron venir, de ahí que la capital del country se haya visto favorecida de repente con un buen número de nuevos e interesantes alojamientos. Al mismo tiempo, cuando la cadena Thompson decide instalarse en un destino emergente, es señal de que la temporada para los hoteles boutique queda oficialmente inaugurada.
El Thompson Nashville, con 12 plantas y 224 habitaciones, puede cambiar la percepción de algunas personas con respecto al tamaño que debería tener un hotel boutique. Este, no obstante, sale airoso de la prueba gracias a un cierto interés por el arte y a su cuidado del detalle. Prácticamente todo –desde el papel pintado de marca Flat Vernacular hasta los artículos de tocador D.S. & Durga– está hecho en exclusiva para las habitaciones y suites. En el vestíbulo, las paredes lucen obras de pintores locales y el suelo un enorme mosaico en forma de brújula con letras de latón incrustadas que da a conocer las coordenadas geográficas del hotel. Y hablando del vestíbulo, no podemos dejar de pensar en todo lo opuesto, la azotea y su bar, el L.A. Jackson, donde podrá degustar cervezas artesanas y platillos elaborados con productos de la zona.
Hay que tener en cuenta también que estamos en Nashville y que sería muy difícil, por no decir imposible, diseñar un hotel sin hacer referencia al patrimonio musical de la ciudad. Por suerte, el Thompson Nashville destaca por hacerlo de la forma más discreta posible y es, de alguna manera, el polo opuesto a un Hard Rock y sus excesos. De hecho, su elegante estética urbana combinada con un cierto espíritu de rock alternativo –entiéndase suelos de madera oscura con alfombras en tonos atrevidos y baños con azulejos blancos de metro y bañeras antiguas con patas en forma de garra– sabe hacerse notar sin dar la nota (sentimos el juego de palabras, no lo hemos podido evitar).
El hotel cuenta con un buen café, el Killebrew Coffee, en el que podrá degustar una taza elaborada con el café tostado por la Revelator Coffee Company, con sede en Alabama. El restaurante Marsh House, por su parte, está supervisado por el chef Nathan y propone una cocina de tintes sureños basada no ya en el principio “del campo a la mesa”, sino del golfo (de México se entiende) al Gulch (el selecto barrio en el que se encuentra el hotel). Además de ser un lugar elegante y relajado en perfecta sintonía con el citado barrio, el Thompson Nashville es también un punto de partida ideal para explorar las tiendas de discos y diseñadores y los locales de música que salpican las calles de los alrededores.