Faustino Gran Relais & Chateaux

En comparación con la bulliciosa Mallorca o con Ibiza, la isla de Menorca, por fortuna, recibe una reducida cantidad de turistas. Y eso, desde luego, es lo que la hace atractiva. No quiere decir que vayas a estar aislado cuando te registres en un lugar como el Faustino Gran Relais & Chateaux: esta boutique de 24 habitaciones está situada justo enfrente del puerto de Ciutadella. La ciudad es más antigua de lo que te imaginas ya que sirve de centro religioso de la isla desde el siglo IV y fue una vez gobernada por los árabes. Gracias a esta antiquísima confluencia cultural, la ciudad-puerto da la sensación de ser una medina, el tipo de lugar hecho para deambular, observar las siluetas nocturnas y las vistas de las prístinas playas blancas y el cristalino mar azul.

Faustino Gran Relais & Chateaux queda dentro de un palacio que data del siglo XVI, algo que lo hace uno de los edificios más recientes de la ciudad. Por fuera su apariencia es suficientemente majestuosa, con una elevación de tres niveles, ventanas antiguas con celosías y un tejado tradicional. Pero adentro el hotel es relativamente contemporáneo y escueto. Los interiores los creó, en parte, Olivia Putman de Studio Putman, la firma francesa de diseño. Esta misma firma se hizo famosa en los años ochenta por su trabajo en el hotel Morgans, de Nueva York.

The Faustino es sofisticado, urbano, con mobiliario minimalista y una paleta de colores que conduce la vista a los detalles arquitectónicos originales: marcos curvilíneos en las puertas, techos abovedados, pisos azulejados, pasamanos de hierro forjado en las escaleras. Las habitaciones regulares son sencillas, aunque están equipadas con una sólida variedad de productos de lujo, desde mobiliario hecho a medida por Putman, ropa de cama por Eden, grandes televisores de pantalla plana, cargadores de iPhone y duchas al ras del suelo con productos de Hermès. Las habitaciones y suites de la categoría Deluxe en adelante son considerablemente más incitantes: muchas tienen atractivos tragaluces, dramáticos techos abovedados o patios privados. La suite Vigie, en el nivel superior, brinda una encantadora sensación de aislamiento y tiene un par de terrazas con vistas al puerto, al mar, y a los tejados del antiguo pueblo.

El restaurante del hotel ofrece un menú mediterráneo y una buena carta de vinos. El Faustino también cuenta con dos bares, uno junto al recibidor y el otro bajo los árboles del hermoso patio del hotel. Todos los huéspedes disfrutan de acceso a un par de piscinas y un hammam localizado dentro de la bóveda de una antigua gruta.

Nota: el Faustino es un hotel de temporadas y permanece cerrado desde principios de enero hasta fines de febrero.