Kimpton EPIC Hotel

Puede que exista cierto toque de fanfarronería juvenil en el nombre, pero incluso en una ciudad como Miami cuyos hoteles se definen por su extravagancia, Epic logra hacer una impresión convincente. Situado en la confluencia del río Miami y la bahía de Biscayne, el gran hotel de cincuenta y dos pisos fue diseñada para parecer como una proa de barco en las olas del mar. De esta manera no es una sorpresa que su ajuste frente al mar sea tan central para la identidad del hotel. Vistas hacia la bahía y hacia el océano Atlántico se encuentran por dondequiera, especialmente en las habitaciones con ventanas de piso a techo; no por nada es conocido como el único hotel de Miami con acceso directo al muelle marítimo. Epic acomoda embarcaciones de hasta 900 pies y entre los servicios de muelles disponibles cuenta con un personal de servicio y vigilancia las 24 horas, servicio de amarre nocturno y servicio de catering a borde de su embarcación.

No obstante, el huésped terrestre encontrará que su llegada será igual de extravagante al entrar por la acera de palmeras hacia el vestíbulo del hotel, cuyos techos abovedados, paredes de cristal y varias albercas causan una primera impresión espectacular. A menos de una milla del puerto de Miami y justo al otro lado del río de la avenida Brickell y del distrito financiero, Epic se encuentra a unos diez minutos de South Beach, a una distancia que lo hace un poco menos de índole turística y quizás un poco más orientado para estancias de negocios que de placer. Esto por ningún motivo indica que escasean oportunidades de ocio o que éstas sean insuficientes; pues se hace bastante claro que éste no es el caso con tan sola una mirada hacia las maravillosas piscinas del hotel. Están ubicadas sobre una enorme terraza que cuelga desde el decimosexto piso del edificio y ambas están galardonadas con todo lo que se espera de un hotel moderno de Miami: desde salones, camas y cabañas junta a la piscina al servicio de piscina en los restaurantes y salones del lado.

Las habitaciones son iguales de expansivas, comenzando por 475 pies cuadrados de espacio vital que inevitablemente se agranda bajo los rayos del sol tropical que entran a través de enormes ventanales de cuerpo entero. Cada habitación cuenta con camas arropadas en triple sábanas de Frette, una estación de trabajo completa con su propia computadora, espaciosas salas de baño bien equipadas con un lavabo doble Villeroy & Boch, una ducha de lluvia aparte y una bañera de inmersión: ésta es la norma en Epic, hasta las habitaciones sin vista al mar disfrutan de vistas hacia la ciudad de Miami.

De acuerdo con todos sus grandes gestos, terminan siendo los detalles cuidadosos del hotelero Kimpton que completan la experiencia de este hotel. Se aceptan mascotas con una bienvenida cálida (así como con una cama, un cuenco y una golosina especial, también), copas son gratuitas durante la hora de vino y por si quiere disfrutar de un poco de aire fresco el hotel dispone de unas cuantas bicicletas listas para montar. Incluso hay un conjunto de habitaciones diseñadas especialmente para huéspedes de estatura alta que cuentan con camas grandes y duchas elevadas—una modificación ingeniosa en esta ciudad en la cual domina el baloncesto.