Alila Manggis

Es difícil expresar con precisión qué es lo que hace del Alila Manggis un lugar tan especial, pues muchos de sus servicios y características podrían encontrarse en docenas de hoteles. Bali no es exactamente un destino turístico poco conocido (si bien esta zona montañosa de la parte oriental de la isla es bastante más desconocida y virgen), y la idea de un hotel moderno que combine una arquitectura indígena tradicional tampoco es nada nuevo. Asimismo, todos sabemos que no hay nada de revolucionario en el típico complejo hotelero tropical que promete mimar al huésped con su magnífico spa.

Quizás sea la ejecución del proyecto o algo más intangible lo que convierta al Alila Manggis en un lugar diferente. Sea cual sea el motivo, lo cierto es que hay algo que hace que este hotel (anteriormente conocido como el Serai) esté por encima de otros hoteles de su categoría. El diseño, obra del conocido arquitecto hotelero Kerry Hill, es una perfecta combinación de lo tradicional y lo moderno, sin incidir en exceso en ninguna de las dos vertientes. Los cuatro edificios bajos que componen el hotel se encuentran dispuestos alrededor de la piscina, que está flanqueada por palmeras e inmersa en un paisaje exuberante que destaca por sus jardines y por la espectacular flora autóctona. En el Alila Manggis uno se siente tan cómodo y protegido que le resulta difícil abandonar el hotel, aunque sólo sea para dar el paseo de veinte metros que separa el hotel de la espectacular playa abierta al mar, no apta, por cierto, para un baño relajado.

Las habitaciones son luminosas y han sido decoradas con esmero, sin caer nunca ni en el modernismo más frío ni en una decoración recargada de baratijas y motivos “tradicionales”. Las habitaciones de la planta baja tienen terrazas privadas, mientras que las de los segundos pisos tienen balcones equipados con enormes tumbonas, y las dos suites (ubicadas en el edificio más cercano al océano) están rodeadas de balcones que son ideales para cenar o tomar el sol. Todas las habitaciones y suites, sea cual sea el edificio en el que se encuentren o su descripción, dan al océano, de manera que el huésped podrá contemplar cómo la hermana pequeña de Bali, la isla conocida como Nusa Penida, se alza en la distancia, al otro lado del estrecho.
En el Alila Manggis no hay trucos. Es uno de esos lugares que hace falta visitar para entender de lo que estamos hablando. Lo cierto es que el Alila Manggis es uno de los secretos mejor guardados de Bali, y una ocasión que no puede ni debe desaprovechar. Tendrá que confiar en nosotros: si se le presenta la posibilidad de hacer una escapada a la isla, le aseguramos que el Alila Manggis no le decepcionará.