The Equinox Resort

La tradición y la autenticidad histórica son los principales atractivos de Nueva Inglaterra y, en ese sentido, el Equinox está a la altura de las circunstancias. El complejo hotelero consta de varios edificios históricos. El más antiguo, el Marsh Tavern, data de 1769 y fue la primera propiedad de los colonos leales a la corona británica con que lograron hacerse los independentistas norteamericanos.
Además de pasar por las manos de varios propietarios y ser reconstruido con diferentes estilos a lo largo del siglo XIX, el hotel sirvió de alojamiento para los presidentes norteamericanos, desde Grant hasta Theodore Roosevelt. Después de que cayera en desuso durante una temporada en los años setenta, el Equinox Resort ha vuelto a abrir sus puertas como un complejo hotelero de lujo absolutamente moderno, a pesar de conservar el aspecto de una histórica casa de madera blanca.
Si bien es cierto que las amplias habitaciones acaban de ser remodeladas, ostentan un estilo tradicional de Nueva Inglaterra y están equipadas con las típicas comodidades modernas (aire acondicionado, televisión por cable y conexión a Internet). El servicio es excelente y la oferta de restaurantes, variada, tanto dentro del complejo hotelero como en la ciudad. No obstante, el Equinox destaca, sobre todo, por sus actividades, puesto que no se trata tanto de un complejo hotelero como de un club de campo con un hotel anexo.
El premiado Gleneagles Golf Course lleva el nombre del campo de golf escocés de la misma familia y también hay pistas de tenis cubiertas y al aire libre. Otros centros más extraordinarios son la escuela de conducción de todoterrenos, con una flota de Land Rovers y Hummer H2, y la escuela británica de cetrería, con sus halcones Harris. Las escuelas de pesca con mosca y caza son otra opción, aunque los tradicionalistas quizá prefieran la de tiro con arco. Si tanta actividad al aire libre le agota, siempre puede relajarse en el spa Avanyu.