Gold Diggers

No todos los días nos encontramos con un hotel que se llame “buscadores de oro”, pero, después de todo, lo más sorprendente quizá no sea el nombre… ¿Quiere saber la historia? El origen del Gold Diggers fue una barra americana: prueba de ello es el neón que todavía se ve a la entrada del bulevar de Santa Mónica. Por encima del bar había un pequeño hotel-residencia y, por detrás de este, un local de ensayos por el que se rumorea ha pasado lo más florido del rock de Los Ángeles en los tiempos en que todavía no se afeitaban el bigote. En resumen, se trata de un edificio (y una ubicación) a rebosar de carácter y perfecto para un hotel moderno y rock and roll.
Y por roquero que no quede. Además de ser un hotel boutique ecléctico y de atmósfera envolvente –en perfecta sintonía con los gustos del mundillo artístico de Los Ángeles–, funciona como estudio de grabación y bar de copas con escenario para actuaciones en vivo. En las habitaciones encontrará sistemas de sonido Sonos y una colección de vinilos cuidadosamente seleccionados, junto con camas de alta gama 2920 Sleep vestidas con sábanas Parachute y un minibar con una selección de snacks y refrigerios locales.
No hace falta ser una estrella del rock para hospedarse aquí, pero si le apetece grabar un álbum durante el día, darlo a conocer al público durante la noche y acabar descansando en una de sus 11 habitaciones, sepa que puede hacerlo sin salir del hotel. Y aunque no sea el caso, la experiencia será de seguro inolvidable: el diseño, el interés por el arte, la clientela e incluso su ubicación en East Hollywood convierten al Gold Diggers en un caso aparte dentro de la escena hotelera boutique de Hollywood.