The Rookery

Cuesta imaginárselo, pero no hace mucho tiempo, apenas si había algún sitio en el que mereciera la pena alojarse en esta zona del este de Londres; una situación lamentable, teniendo en cuenta que hay todo un mundo por descubrir fuera del West End. Hoy en día, en cambio, tanto el hombre de negocios que se mueve por la City como los apasionados del arte y el diseño que se ven por Clerkenwell o Hoxton tienen a su disposición un amplio abanico de hoteles con mucho estilo.
Uno de los candidatos con más posibilidades es The Rookery, una especie de segunda parte del Hazlitt’s de Soho, que está dedicado a la literatura. En este caso, se trata de un homenaje a los días en que toda clase de maleantes se congregaban aquí, en la zona sin ley (llamada The Rookery), a las afueras de la antigua ciudad. En la actualidad, esta parte de Clerkenwell es una zona de bares y restaurantes que, en realidad, no es tan distinta del Soho, aunque sigue siendo el escenario de algún que otro acto de delincuencia: aquí fue donde tuvo lugar el famoso arresto de Pete Doherty, una reminiscencia involuntaria de la historia romántica y sórdida de The Rookery.
The Rookery (el hotel) explota abiertamente esta historia. Todas las habitaciones son únicas y llevan los nombres de los personajes de aquella época sin ley: no sólo delincuentes, sino también prostitutas. La decoración tiene un delicioso sabor antiguo: una auténtica fantasía victoriana, con paneles de madera, en algunos casos, muebles antiguos, en todos, y cuartos de baño con cañerías, grifería y accesorios restaurados de la época victoriana. Posiblemente no acabe de convencer a todos los huéspedes, pero personalidad, desde luego, no le falta.
Los televisores con pantalla de cristal líquido y la conexión inalámbrica a Internet son las únicas irrupciones de modernidad: las absolutamente necesarias para todo hotel de Londres. Teniendo en cuenta que algunos de los restaurantes más selectos de la ciudad se encuentran a sólo unos pasos del hotel, el hecho de que no haya restaurante y sólo se ofrezca un servicio de habitaciones reducido no puede considerarse una molestia. Si le apetece pasar una noche a lo Doherty, también tiene al alcance de la mano algunos de los mejores bares y discotecas de Clerkenwell; si juega bien sus cartas puede que algún día le dediquen una habitación en The Rookery.