La Posta Vecchia

La Posta Vecchia (la antigua casa de correos) es el nombre más modesto que este gran palacio de la costa podría tener. El industrial J. Paul Getty compró y restauró el edificio de la que otrora fuera una cochera para las diligencias de correos que viajaban por la costa hacia el norte de Roma, lo decoró con una infinidad de antigüedades y obras de arte, y lo equipó con todas las comodidades modernas que un multimillonario excéntrico pudiera desear.

Al morir Getty se convirtió en un hotel, pero todo sigue prácticamente como él lo dejó, con sólo algunos de los detalles que acompañan a todo hotel moderno y toda la autenticidad que cabría esperar de una colección auspiciada por el museo Getty. El principal atractivo del hotel no reside en un servicio ostentoso ni tampoco en unas instalaciones de vanguardia, sino en la elegancia de la finca, cuyas habitaciones y suites están decoradas con antigüedades del siglo XVII y múltiples artefactos del Impero Romano, y dan al Mediterráneo o a los parques de la propiedad.

A diferencia de muchos hoteles de lujo, La Posta Vecchia conserva cierta mesura aristocrática, a pesar de sus innumerables obras de arte y antigüedades de un valor incalculable. En ningún momento incurren los espacios interiores en los excesos típicos de nuevo rico ni en la farsa de los palacios prefabricados: no hay ninguna necesidad de aparentar, porque, realmente, son auténticos. En las habitaciones se sentirá como un invitado en una mansión aristocrática y en las suites vivirá como el mismísimo Getty, aunque, con lo cicatero que era, seguramente hubiera insistido en ir él mismo a buscar la comida del servicio de habitaciones.

En comparación con la mayoría de los hoteles de cinco estrellas, con sus tratamientos de spa y sus campos de golf para practicar tiros de salida, las instalaciones que ofrece La Posta Vecchia son más bien escasas: una excelente piscina cubierta, una elegante sala de reuniones y poco más. De todos modos, si viene aquí es porque desea descansar inmerso en el esplendor de una mansión de cuento de hadas y no porque espere encontrar un parque temático. Para entretenerse no tiene más que ir a Roma, que está a sólo 40 minutos, una pequeña excursión en el coche del hotel.

Como llegar al hotel: La Posta Vecchia está a 25 minutos en coche del aeropuerto Rome-Fiumicino y a 30 minutos del puerto de Civitavecchia.