Das Kranzbach Hotel & Wellness Retreat

Si bien es cierto que Das Kranzbach está situado a la sombra de uno de los picos más imponentes de los Alpes bávaros, a una hora de Múnich, no es el típico complejo hotelero de estación de esquí con el vestíbulo lleno de turistas quitándose la ropa de abrigo. Das Kranzbach es un balneario idóneo para todas las temporadas. No cabe duda de que la gran variedad de deportes de invierno que se puede practicar en la zona merece la pena, pero el spa del hotel no ofrece un simple chapuzón después de esquiar.


La casa solariega original fue obra de un joven aristócrata británico, quien encargó que construyeran una casa de campo con un estilo inglés inconfundible. Todavía hoy continúa siendo una de las rarezas arquitectónicas más particulares de Baviera. En los últimos años, se ha construido un anexo de sesenta habitaciones, y ahora los huéspedes pueden elegir entre dos tipos de alojamiento completamente distintos. Las habitaciones de la casa principal están decoradas con muebles elegantes de aire moderno y detalles tan llamativos como lámparas de techo esféricas y contrastes de colores que, sorprendentemente, no desentonan. Las habitaciones más nuevas lucen una estética sobria en madera y cristal y son un poco más conservadoras, que no menos contemporáneas. Al fin y al cabo, la sensibilidad bávara moderna no es tan distinta de la escandinava.


La comida es inagotable: desde el desayuno gourmet hasta la cena de cinco platos, pasando por el bufé del almuerzo y el té y los pasteles de la merienda. Naturalmente, el spa es la perla del hotel, y menuda perla: cinco piscinas, seis saunas y baños de vapor y tratamientos especiales para futuros padres. Aquí se toman la salud en serio; parece prácticamente imposible que nadie se vaya de Das Kranzbach sin sentirse mejor.