Ten Bompas

No se sabe exactamente por qué razón Johannesburgo suele quedar fuera del radar del viajero a pesar de que se trata de una ciudad importante; puede que se deba a su situación geográfica (en una elevada llanura, sin ninguna masa de agua cerca) o a que se ha divulgado mucha información relativa a sus problemas sociales (todavía existen algunos barrios que no son muy seguros para los turistas). No obstante, los intrépidos viajeros que no temen las llanuras áridas y se atreven con esta ciudad de la fiebre del oro, pueden alojarse en algunos elegantes hoteles.

Uno de ellos, probablemente el más íntimo y con más clase, es el Ten Bompas, llamado así por su ubicación en Sandton/Rosebank, en el número diez de la calle Bompas. El centro sólo dispone de diez suites, aunque muy distintas, dado que fueron creadas por diez diseñadores distintos con diez estilos diferentes que oscilan entre el ambiente tribal africano y la “haute couture”. Todas ellas disponen de una sala de estar y una habitación independientes, chimenea, baño turco y acceso exterior a través de un patio o balcón.

El restaurante Sides se encuentra a la altura del resto del hotel, y es, de hecho, uno de los mejores de la ciudad, con comida y servicio del más alto nivel de calidad que cabría esperar de un moderno hotel boutique. Los vinos de Sudáfrica son bastante buenos, y no digamos baratos, y en Sides se sirve una gran variedad de los mismos. No deje de visitar los cuartos de baño (¡que son unisex!): con pantallas de televisión debajo del suelo de cristal e inodoros de perspex con coloridas lagartijas y arañas de juguete incrustadas, estos aseos hacen sudar tinta china a los japoneses.