InterContinental Hanoi Westlake

West Lake es la mayor masa de agua de Hanoi, y en su orilla de dieciséis kilómetros se encuentran algunas de las propiedades más caras de la ciudad. Por la noche, cuando las luces de los palacetes ponen de manifiesto la rápida modernización de Hanoi, la oscura silueta de la pagoda del Loto Dorado de 800 años de antigüedad se perfila sobre el lago. Junto al Loto Dorado se extienden los puentes curvilíneos del InterContinental Hanoi Westlake, que llevan a unos bungalós de estilo complejo hotelero, construidos sobre el agua.


En las habitaciones, el estilo colonial francés del exterior se sustituye por una estética más contemporánea, con unas pinceladas del Sudeste Asiático —como los listones de madera de las puertas correderas y los faroles colocados a ambos lados de las camas— que les confieren un sabor local. Los balcones son amplios, y el panorama, sensacional, especialmente si se aloja en una habitación con vistas al lago. Los cuartos de baño, con sus azulejos color crema, sus dos lavabos y sus productos de baño Elemis, resultan sumamente relajantes. Los huéspedes que necesiten relajarse todavía más pueden hacerlo en las instalaciones del spa y el gimnasio, completamente equipadas, o practicando tai chi junto a la piscina.


Otro de los principales atractivos del hotel es su proximidad al centro —que se encuentra a diez minutos—, así como a los templos antiguos y los monumentos históricos de la ciudad. Tampoco es mala idea quedarse en el hotel y comer en el bar-restaurante francés, el moderno bistró vietnamita o el restaurante italiano con pizzas a la leña y tomarse una copa en la coctelería, que se encuentra en un pabellón, a medio camino de los bungalós.