Hotel Villa Dubrovnik

Por la forma en que Dubrovnik ha irrumpido en la escena del turismo internacional, uno esperaría ver un desarrollo masivo de nuevas construcciones. Pero es mucho más agradable ver que los edificios de antaño se han adaptado con mimo a la nueva situación. Edificios como el Hotel Villa Dubrovnik, cuyo diseño modernista tardío es desde hace mucho tiempo un elemento más de la costa croata, que vigila la ciudad vieja y la aguas del Adriático desde su privilegiada posición sobre un acantilado.

Tras una profunda reforma, sigue manteniendo toda su personalidad: no hay ningún peligro de confundirlo con una construcción nueva e impersonal. También ha quedado intacto el ambiente notoriamente apacible del Villa Dubrovnik. Lo que ha mejorado es, en esencia, las instalaciones, con la adición de una piscina interior y exterior; y las habitaciones, que ahora tienen unas líneas más puras y definidas que nunca, con su aire color tierra ligeramente retro sutilmente adaptado para un nuevo siglo. Si se añade un jacuzzi privado en la terraza de las suites y las habitaciones superiores, no es exactamente un mal negocio.

Sin embargo, no es un mega resort, y eso dice obviamente mucho de la filosofía del lugar. Sí que tiene, sin embargo, un pequeño spa, así como un restaurante mediterráneo, un café al aire libre y un par de salones, uno en la biblioteca y otro en el tejado.