Hotel de Rome

El Hotel de Rome, que ocupa el antiguo edificio de un banco del siglo XIX enclavado junto a Bebelplatz, en el antiguo Berlín del este, rezuma una formalidad difícil de superar. Sus paredes de piedra y su arquitectura neoclásica encajan perfectamente con la gran seriedad que caracteriza al estilo de la firma Rocco Forte. Este hotel lleva camino de convertirse en el alojamiento favorito de quienes viajan a Berlín por negocios y bien podría ser testigo de más transacciones de las que se cerraron aquí cuando esto era el banco central de la RDA.

A pesar de su seriedad, al Hotel de Rome no le falta estilo: los magistrales tonos rojos y azules son el contrapunto alegre de una gama de colores neutros y la piscina y el spa del sótano están decorados en un verde y un dorado muy adecuados. Las habitaciones están equipadas con todo lujo de detalles de la gama más alta; los huéspedes de un hotel como este no consentirían otra cosa: televisores con pantalla plana de alta definición, equipos de música (incluso en los inmensos cuartos de baño decorados con mosaico de mármol) y conexión a Internet, aunque no wifi, es el precio que hay que pagar por esas pesadas y antiguas paredes de piedra.

Salta a la vista que el Hotel de Rome conoce a su público. Teniendo en cuenta que muchos huéspedes viajan con todo pagado por la empresa, no se repara en gastos, y el resultado son unos servicios (y un servicio) impecables. Lo más sorprendente es que, a pesar de todo, el ambiente del Hotel de Rome no resulta pomposo.