Vakkaru Maldives

Quien dice Maldivas dice palafitos. El aporte cultural más destacado de esta pequeña nación isleña es una de las formas de alojamiento más originales que se puedan imaginar: unas villas de lujo acariciadas por las aguas cristalinas y poco profundas del Índico. Con todo, si centráramos toda nuestra atención en estas cabañas sobre el mar estaríamos subestimando el Vakkaru Maldives. Las villas de la playa son casi igual de extraordinarias, además de ser ideales para quienes prefieran caminar por la mullida arena para llegar desde el dormitorio a la playa.
Como ya habrá deducido, la vida en el Vakkaru Maldivas no es lo que se dice complicada. A su llegada al aeropuerto de Malé le acompañarán a una terminal de hidroaviones para que realice un vuelo de 25 minutos hasta la isla (a no ser que prefiera tomar un vuelo comercial hasta el atolón de Baa y acabar el viaje en lancha rápida). Su villa, ya sea en la playa o sobre el agua, tendrá todos los equipamientos y servicios de lujo que pueda esperar, desde cafetera de expreso a sistema de audio con Bluetooth pasando por el servicio de mayordomo. Algunas de ellas cuentan incluso con piscina privada (por si el océano no fuera suficiente) y llegan a alcanzar dimensiones casi palaciegas según suben de categoría. En lo más alto de la gama, la Overwater Pool Residence cuenta con cuatro dormitorios.
De villas como estas resulta difícil salir, pero el Vakkaru tiene mucho que ofrecer: desde los simples placeres de la playa y el spa hasta el centro de buceo, su puerta de entrada al maravilloso entorno submarino de la laguna de Vakkaru. Hay incluso un biólogo marino entre el personal y podrá participar en excursiones en lancha rápida o en dhoni para avistar delfines o explorar el atolón circundante.