Il Borro

Si para el común de los mortales la idea de poseer una villa en Toscana no deja de ser una fantasía, para el Sr. Ferruccio Ferragamo el hecho de poseerla debe ser algo así como sentirse el príncipe de una ciudad-estado renacentista. Bienvenidos a Il Borro, la extensa finca que el Sr. Ferruccio Ferragamo compró en 1993 en la pedanía de San Giustino Valdarno y que ha ido transformando hasta convertirla en el non plus ultra de los hoteles de lujo familiares. Il Borro engloba una reconocida bodega y un viñedo de más de 40 hectáreas, campos de olivos envueltos entre robles y cipreses, un sinfín de verdes y ondulantes colinas, tres villas, tres lujosas casas de labor y, colmo del refinamiento, toda una aldea medieval restaurada. Dada la extensión de la finca, parece casi innecesario aclarar que posee asimismo pistas de tenis, un driving range y un campo de fútbol, por mencionar solo las instalaciones deportivas.

Con respecto al número exacto de habitaciones, no parece haber consenso, pero podría acercarse a las dos docenas… Tal falta de consenso resulta inevitable cuando se considera “habitación”, por ejemplo, a la Casa al Piano, una casa de labor con no menos de cuatro apartamentos, dos por planta, cada uno de los cuales puede alojar cómodamente a cuatro personas. Cabe preguntarse si una “habitación” con capacidad para dieciséis personas es realmente “una” habitación. En cualquier caso, el lugar es más que la suma de sus camas. La Casa al Piano posee asimismo una piscina digna de ese nombre, un jardín privado y una terraza con vistas a la piscina y una mesa para veinte comensales. Decantarse entre una u otra de las casas no consiste tanto en bajar o subir de categoría como en elegir, por ejemplo, entre alojarse en un tranquilo rincón con vistas a un juguetón arroyo o hacerlo a los pies de una vereda entre cuidados campos y la campiña toscana.

Es tentador hacer un recorrido por cada una de las villas, pero centrémonos en Il Borro, en el corazón de la finca. Construido en 1848 por un príncipe, incluye un jardín de estilo tradicional italiano, piscina climatizada, gimnasio, baño turco, sauna y billar, por mencionar algunos de sus atractivos, todo ello con espectaculares vistas a la aldea medieval. Sobre esta última hay que destacar la notable restauración, que ha permitido remodelar un conjunto de edificios tradicionales toscanos respetando su arquitectura original y dotándolos a la vez de todas las comodidades (en realidad muchas más) que se esperan de un hotel de lujo contemporáneo.

A tener en cuenta: The Farmhouse, Chiocci Villa y Casetta Villa se encuentran a poca distancia de la ciudad. El hotel recomienda a los huéspedes que alquilen un coche durante su estancia.

Cómo llegar: Il Borro está a unos 20 kilómetros de las estaciones de tren de Arezzo y Montevarchi-Terranuova y a unos 50 kilómetros del aeropuerto de Florencia.