Nos hallamos en una pequeña aldea de Llanes, disfrutando de un negocio de tradición familiar que ha evolucionado mucho con los tiempos; no en vano, el antiguo "chigre" que un día fundaron los abuelos del chef, Ricardo González Sotres, sorprende hoy por sus contrastes estéticos al combinar la modernidad, la rusticidad y esa autenticidad derivada de dejar a la vista algunas paredes en roca natural.
En lo gastronómico su propuesta está clara: una cocina actual asturiana no exenta de técnica y creatividad, respetuosa con las materias primas del entorno, tremendamente equilibrada y que se muestra ávida de conquistar nuestro paladar. Encontrará sabrosos platos a la carta (nos ha encantado su Pichón a la brasa) y dos apetecibles menús degustación: uno de tinte tradicional llamado Pancar y otro más gastronómico denominado San Patricio (este pretende hacer un homenaje a la capilla de Pancar y a la famosa encina, con más de 300 años, que hay justo a la entrada del templo).