Azulik

Amor puro, unidad y comprensión hacia todo y todos, junto a una playa donde la ropa es opcional y crucialmente, sin niños. Esto es, en pocas palabras, el atractivo Azulik, un retiro orientado al bienestar en la costa caribeña de Tulum, un pueblo que por sí mismo es el punto medio entre lo idílico de descubrir un lugar silvestre y lo excitante de encontrarse en uno de los destinos más populares de la región. Azulik, como Tulum, es un poco de ambas cosas, pero su ambiente tranquilo, su arquitectura rústica, su sensibilidad ecológica, y sus comodidades alejadas de la alta tecnología inclinan la balanza más hacia la serenidad que el jolgorio.

Con ese fin, las villas no incluyen televisores ni tienen luz eléctrica (no se preocupe, hay un enchufe para cargar sus aparatos electrónicos). Lo que sí tienen son tinas con mosaicos maya, plataformas de madera con divanes, Jacuzzis al aire libre o piscinas de inmersión, y vistas de la selva circundante y/o las aguas del Caribe. A pesar de la falta de comodidades tecnológicas están entre las más lujosas de Tulum: en esto no hay contradicción.

Tres restaurantes abarcan una impresionante gama, desde cocina maya de vanguardia hasta tradicionales platos mexicanos y, aprovechando la ubicación costeña, también cuentan con una selección japonesa. Y no sería un resort de bienestar sin un impresionante spa, basado en antiguos rituales maya pero con tratamientos muy familiares para quienes frecuentan spas internacionales. Puede que Tulum ya no sea el lugar más retirado del mundo pero Azulik es la serenidad en su máxima expresión.