Ahau Tulum

Por mucho que Tulum haya crecido en los últimos años, es impresionante que sus hoteleros se las hayan arreglado para mantenerlo todo con bajas cotas de impacto y relativa discreción. El Ahau Tulum lleva este planteamiento a un nivel superior; lleva el nombre del dios maya del sol Kinich Ahau, que representa la conciencia universal. Ni que decir tiene que se esfuerza por minimizar su huella ecológica, como hacen casi todos los hoteles pequeños de esta parte del mundo. Sin embargo, sobresale en su objetivo de apartarse del camino y dejar que sus huéspedes experimenten la comunión más cercana posible con la naturaleza (a excepción de dormir al aire libre, bajo las estrellas).

Los alojamientos van desde suites a cabañas independientes, palapas e incluso estructuras de estilo balinés, todas ellas de estilo rústico, pero de construcción moderna y llenas de comodidades contemporáneas. Muchas de ellas miran directamente al mar a través de amplios ventanales y, todas, están tan abiertas al aire como se desee.

También al aire libre está el restaurante Kapok, que sirve una cocina híbrida mexicano-caribeña. Y para una comida más ligera, está el Raw Love Café, con un menú totalmente vegano, una opción nada típica en un hotel mexicano, ni siquiera en Tulum.