The Drisco Tel Aviv

Tel Aviv no es ajena al diseño contemporáneo ni a la tradición del movimiento moderno del siglo XX, de ahí que sorprenda que una de las mejores creaciones hoteleras de los últimos tiempos sea fruto de la renovación de un edificio otomano de 1866 situado en el barrio de la colonia americana. Siendo breves, podríamos decir que el Drisco, así llamado en honor de los hermanos que construyeron el hotel Jerusalem, su predecesor, es un lujoso hotel boutique contemporáneo bendecido con siglo y medio de historia.
Las habitaciones y suites, muy lujosas, no tienen miedo a resultar por momentos recargadas: algunas tienen cabeceros de madera tallada, otras, vistosos azulejos. Las más singulares se encuentran en la Villa Drisco, el anexo de madera adyacente al antiguo hotel Jerusalem, aunque eso no resta un ápice de elegancia a las estancias del edificio principal. Las habitaciones son espaciosas y disponen todas ellas de buenos equipamientos como las máquinas Nespresso y lujosos baños de mármol. Las suites de mayor tamaño alcanzan los 65 m².
El Drisco Bar del vestíbulo –con sus ventiladores girando por debajo del techo labrado– es muy evocador y podría haber sido el punto de reunión de los corresponsales extranjeros en la época en que la profesión todavía tenía un innegable glamour. Por su parte, el restaurante Zada propone una refinada cocina otomana: no tanto una cocina turca contemporánea, como una carta inspirada en los manjares que bien podrían haber adornado la mesa de un sultán.