Villa Mon Repos

En una región con una historia tan larga y rica como Sicilia (los griegos se asentaron en la isla en el siglo VIII a.C.) una villa de cien años es casi algo nuevo. Es cierto que la Villa Mon Repos, situada en lo alto de una colina, no es una de las construcciones más antiguas de la zona, pero es sin duda una de las más glamurosas. Marlene Dietrich se alojó en ella incluso antes de que la estructura de estilo Art Nouveau se convirtiese en el primer casino de Taormina a principios de los sesenta, y siguiese atrayendo a famosos como Cary Grant y Gregory Peck, aparte de varias estrellas de cine italianas.
En la actualidad, ese bullicio ha desaparecido y la Villa Mon Repos ha vuelto a su función original claramente más tranquila. «Mon Repos» viene del francés y significa «mi lugar de descanso», un nombre que se presta más al descanso y a un desayuno tranquilo que a las apuestas en la mesa de blackjack. Actualmente, es un hotel boutique tranquilo, elegante aunque casual, con unas vistas al mar que le dejarán sin aliento desde casi cualquier habitación. La villa original tiene cuatro suites, pero el hotel va mucho más allá del edificio emblemático, ya que tiene catorce «residencias de lujo» independientes dispersadas por el parque que lo rodea. Encontrará lo que esperaba: las suites tienen un encanto histórico, con sus ventanas francesas y sus techos y puertas con molduras, y las espaciosas residencias ofrecen mucho espacio.
Todos los alojamientos tienen los mismos servicios de primera categoría, desde la fina ropa de cama a los productos de baño naturales, y desde televisores de pantalla plana a wifi. Todas las suites y residencias tiene vistas a la bahía y casi todas tienen terrazas privadas. Puede desayunar en ellas, en Tout Va, el restaurante del hotel situado en la villa original, o al lado de una de las piscinas infinitas (hay dos: una al lado de la casa principal y otra escondida en el parque, entre las residencias).
Se pueden ver y hacer muchas cosas en los alrededores, pero la Villa Mon Repos, como indica su nombre, es un lugar maravilloso para no hacer nada. La terraza de la parte inferior de la villa era, según se cuenta, el lugar favorito de Marlene Dietrich para disfrutar de las vistas de Isola Bella y del azul intenso de la bahía de las Sirenas, así como de los limones, que eran su decoración favorita para los cócteles. Esta fruta crece de forma abundante en la isla, así que hay de sobra.