Raffles Grand Hotel d'Angkor

Este hotel es una auténtica pieza de época, con más de setenta años. Raffles, sus nuevos propietarios, han querido volver atrás en el tiempo y han realizado una gran renovación que ha eliminado algunas de las “modernizaciones” de mal gusto que se habían añadido al edificio histórico principal. Además han construido dos alas nuevas que se han integrado muy bien en el conjunto y consiguen completamente un sabor a antiguo.

A menos que sea un luchador por los derechos humanos o todo un experto en destinos únicos de Asia (cansado de Bali y ni hablemos de Bangkok), probablemente se encuentre aquí de vacaciones con un objetivo único en mente: visitar Angkor Wat. El hotel está situado al final de la ciudad de Siem Reap, a tan solo 8 kilómetros del complejo de los templos, a los que se puede acceder fácilmente tras un breve viaje en coche. Pero el hotel también tiene mucho que ofrecer aparte de su cercanía a Angkor.

Este hotel quiere ofrecer una alternativa a los destinos turísticos demasiado saturados. Bien comunicado mediante vuelos directos desde Phnom Penh y Bangkok, Siem Reap es un destino muy bien situado. Estamos ante un auténtico hotel de la época colonial francesa, palacial, lleno de muebles estilo Art Déco de los años treinta, con bañeras adornadas con patas en forma de patas de animal con garras y un ascensor que aunque está completamente renovado conserva toda la apariencia de la época. Aparte de los elementos relacionados con el aspecto, el hotel cuenta con todas las comodidades necesarias para sobrevivir en el mercado competitivo de los hoteles de lujo asiáticos (televisión vía satélite, sistemas de teléfono modernos, iluminación de alta tecnología), entre las que se encuentra un servicio de atención las 24 horas del día al estilo del sudeste asiático, sin igual en todo el mundo.
Los bares y restaurantes del hotel son excelentes, como tiene que ser, puesto que no hay una oferta extraordinaria de restaurantes fuera del mismo. La piscina también es impresionante con sus 35 metros en los jardines interiores del hotel. Para relajarse completamente cuenta con el Raffles Amrita spa que ofrece una gran variedad de tratamientos, así como yoga y tai chi en el pabellón exterior. Con unas horas de relajación aquí casi se olvidará de los templos. Esperemos que la exposición permanente en el hotel de fotografías de Angkor en los últimos cien años le ayude a acordarse de ellos.