Amansara

Es lógico que la incorporación de Camboya al mundo del lujo se haya hecho esperar. Los templos de Angkor siempre han sido un imán para el turismo, pero hasta hace bien poco, la situación política del país no era lo bastante estable como para que el turismo de lujo se desarrollara a una escala que propiciara la aparición de nuevos hoteles de categoría.
Claro que, dondequiera que haya un destino de moda y demanda de lujo, Aman no tarda en hacer acto de presencia. El Amansara se enclava en Siem Reap, la ciudad más cercana a Angkor y un alto en el camino lógico para las expediciones a los templos. El complejo hotelero fue en su día la casa de invitados del rey Sihanouk, un hombre de gustos poco comunes, puesto que no se trataba de un palacio neocolonial, sino de una villa con el estilo de los fascinantes años sesenta, una especie de apartamento de soltero para los estadistas que venían de visita a la ciudad.
La arquitectura conserva un regusto a los sesenta, mientras que los interiores han sido remodelados a fondo, con el relajante estilo minimalista zen característico de los complejos hoteleros Aman. Las doce suites originales están cargadas de lujo, con sus camas king, salones completamente amueblados, patios privados y hondas tinas de baño, y cada una de las doce suites nuevas está equipada con su correspondiente piscinita privada.
El Amansara tiene todos los ingredientes de un refugio de lujo con todos los servicios necesarios: un excelente restaurante, dos piscinas y un spa. Es de suponer que muchas de las personas que vienen aquí desean viajar por la región de los templos. En este sentido, los huéspedes del Amansara están una posición de ventaja, ya que el precio de la habitación incluye visitas diarias a los templos y excursiones en un cochecito tirado por un ciclomotor, con su conductor y su guía.