Perivolas Lifestyle Houses

Lo de dormir en una cueva suena un poco como dormir en una casa en un árbol o bajo el agua. Una idea resultona para compartir en Instagram, pero cuestionable como alojamiento en el mundo real. Aun así, y por descabellado que pueda parecer, el Perivolas –formado por un conjunto de cuevas restauradas que un día sirvieron como establos o como viviendas de pescadores, todas ellas situadas en un acantilado asomado a un Egeo sorprendentemente azul– se ve y se siente como un magnífico hotel boutique en una isla griega (y hay cierta lógica en ello, ya que esto es lo que ha habido siempre aquí).
Estas cuevas tres veces centenarias han sido remodeladas para dar paso a 21 casas individuales situadas entre jardines en terrazas y dispuestas en forma de anfiteatro alrededor de un patio de piedra, una relajante piscina infinita y el mar como telón de fondo. Como cabía esperar, hace tiempo que estas “cuevas” dejaron de ser oscuras y húmedas para convertirse en estancias luminosas y serenas, con paredes de piedra encaladas, techos abovedados, románticos recovecos y puertas en forma de arco. Los interiores, acordes con el paisaje, son minimalistas y de un blanco inmaculado, aunque con algún toque de color aquí y allá: una alfombra de un lila intenso, cojines fucsia y sencillos muebles de madera natural. La configuración varía de una categoría a otra: los estudios disponen de zonas de estar diáfanas y acogedoras alcobas, mientras que la Suite Deluxe tiene su propio baño turco. La espaciosa suite Perivolas incluye piscina privada y bañera de hidromasaje con capacidad para diez personas. Ciertos detalles, en cambio, los encontrará en todas las habitaciones y suites del Perivolas: productos de baño de marca Rituals, bases para iPod, wifi gratuito, cafetera y vistas panorámicas. Eso, sin olvidar que no verá un solo televisor…
Abajo, en la terraza central, más cerca ya del nivel del mar, le espera la piscina infinita de sus sueños. Venga a saborear un cóctel al atardecer o dese un chapuzón al amanecer: nos tememos que este será el recuerdo de su viaje a Grecia que más grabado se le quede. También podrá cenar junto a la piscina: el restaurante del Perivolas, acondicionado en una cueva que un día sirvió como bodega, le recibe en sus mesas al aire libre y a la luz de las velas. Durante el día, podrá explorar esta recóndita región en barco o simplemente dar un paseo por el recinto del Perivolas, un auténtico jardín de Edén salpicado de viejas viñas e higueras que forman una inolvidable estampa con el mar Egeo como telón de fondo.