Casa Bueras Boutique Hotel

Para ser una ciudad tan cosmopolita que recibe a tantos visitantes internacionales, sorprende que Santiago de Chile tenga tan pocos hoteles boutique dignos de ese nombre. Máxime si la comparamos con su alter ego al otro lado de los Andes, Buenos Aires. Dicho esto, restaurar hermosas casas antiguas no es cosa de otro mundo y en este hay sitio para que jueguen las dos, si bien una parece haber oído el pistoletazo de salida antes que la otra.

El Casa Bueras Boutique Hotel, en el bohemio barrio de Lastarria, es probablemente el alojamiento con más gancho de Santiago. El buen estado de conservación del edificio, de 1927, hace que gran parte del caché original haya llegado intacto a nuestros días: arañas de cristal, techos altos, suelos de baldosas, elementos de mármol y una escalera de piedra que lleva a un frondoso jardín trasero con piscina. Pero sus dueños no han buscado únicamente una recreación de los locos años 20. Obras de arte contemporáneo, elegantes sofás modulares y paredes pintadas en vivos colores confieren un aire actual a la casa. Lo mismo ocurre en las habitaciones y suites, con modernos baños en tonos gris pizarra, grandes ventanales, colchones con pillow top incluido, cortinas opacas y bases para iPod. Las junior suites, con balcones privados, disponen de mucho más espacio que las habitaciones estándar, más bien pequeñas.

El patio trasero, con su pequeña piscina e iluminado al caer la noche por la luz de las velas, es de lejos el lugar con más encanto del Casa Bueras. Es también el marco en el que degustar la cocina internacional del restaurante Deli Lounge. Olvídate de los sándwiches y atrévete a probar una cocina auténticamente chilena: por ejemplo, unos camarones al pilpil (gambas frescas salteadas con ajo, vino blanco, cilantro y guindilla) acompañados de una copa de Sauvignon blanco elaborado a pocos kilómetros de aquí. Atrévete con la botella entera: no hay mejor sitio en Santiago para saborearlo. Tras la comida, aventúrate por las callecitas del barrio de Lastarria, a rebosar de galerías de arte, bares de copas y tiendas.