The Ritz-Carlton Bacara, Santa Barbara

Hay algunos antiguos hoteles históricos en la costa californiana, pero hay ocasiones en que las reproducciones son aún mejores que los originales. Después de todo, no se viene a California en busca de autenticidad (aquí la arquitectura y la ambientación se funden en uno). Por tanto, la juventud del Ritz-Carlton Bacara, Santa Barbara (fundado en el año 2000) no debería sorprender a nadie, y difícilmente podrá considerarse una desventaja.
Además, las nuevas construcciones son más grandes de lo que eran: con 358 habitaciones y suites y un spa, que siendo comedidos describiríamos como “enorme” (aproximadamente 12.000 metros cuadrados), el Bacara raya el lujo excesivo. El estilo es inevitablemente español, con muros encalados, tejados con tejas y los edificios abrazados al suelo, extendiéndose como un pueblecito, lo que da un sorprendente grado de intimidad a un hotel tan palaciego.
Puede que la comodidad (o “bienestar”, en la jerga contemporánea de los spa) sea la cuestión primordial, pero quizás la clave del atractivo de este centro turístico sea la exclusividad, y ello se refleja en los precios. Este lugar está construido para atraer a gente guapa, el tipo de personas que pueden poner nombre (Shalom Harlow) al costoso rostro que nos mira con desbordante felicidad desde las imágenes publicitarias del hotel.
Probablemente, nosotros los simples mortales nos encontraremos en la más modesta de las habitaciones, ya que la suite más barata cuesta más de 1.000$ por noche, e incluso los presidentes podrían sentirse algo intimidados por el auténtico esplendor de la Residencia Presidencial. No obstante, si le pierde la belleza natural deslumbrante, el lujo más moderno de California o el goteo de aceite Ayurveda, entonces probablemente le parezca algo equitativo.