G-Rough

A propósito del nombre (“áspero” o “duro” en inglés), nos viene a la mente el viejo dicho que recuerda la necesidad de “estar a las duras y a las maduras”. Tratándose del G-Rough, la secuela romana de la PalazzinaG –el hotel de diseño de alta gama de Venecia–, no sabemos hasta qué punto puede aplicarse el dicho. Exceptuando algunas texturas y acabados en bruto, el lado áspero rara vez se hace sentir y el conjunto formado por este edificio del siglo XVII decorado con clásicos del diseño italiano de los años treinta, cuarenta y cincuenta es la definición misma de la serenidad y la madurez.
Llegados a este punto, estaríamos tentados de hacer alguna referencia a la dolce vita, pero lo cierto es que el G-Rough desafía ese tipo de cliché (o más bien cualquier tipo de cliché). Nos faltan palabras para describir de forma sencilla ese choque de estilos dispares, ya que “ecléctico” tenemos claro que no le hace justicia. La sensación es la de un hotel cuyos detalles han sido cuidadosamente elegidos no solo por su interés intrínseco, sino también por el contraste que crean con su entorno. Esta contraposición de texturas es la prueba de que la aspereza siempre va acompañada de suavidad y viceversa (al final se va a cumplir el dicho).
En fin, perdón si nos perdemos en disquisiciones: este lugar nos lleva a escribir cosas extrañas… Baste decir que, a pesar de esas asperezas buscadas intencionadamente, el lugar permite una experiencia de lujo de principio a fin, solo que no es la experiencia de lujo típica y convencional. El lujo que aquí se nos ofrece es un tipo de lujo romano que lo general solo existe en las fantasías: una perfecta armonía de materiales de la más alta calidad vividos y desgastados para mostrar que tanto los materiales como el diseño están hechos para durar.