Marignan Champs-Elysées

París tiene deslumbrantes hoteles de lujo con categoría de institución nacional, otros son comparables a experimentos hiperestilizados de alta costura y hay pensiones que, por decirlo de manera suave, nos transportan al cine negro de los años 50. Aun así, siempre se echarán en falta hoteles como el Marignan: un hotel contemporáneo con todos los servicios necesarios, líneas depuradas y un ligero toque decorativo. Para estar situado justo al lado de la Avenue Montaigne, una de las mecas de la moda de París y, por tanto, del mundo, sorprende por su refrescante falta de pretensiones. El lujo aquí se plasma, por poner un ejemplo entre tantos, en una ropa de cama en la que apetece acurrucarse y no en piezas de anticuario o caprichos de diseño que hacen que uno se rompa la cabeza. Las habitaciones en la base de la gama son pequeñas, como es habitual en París, pero el Marignan hace gala de una generosidad excepcional en otros muchos aspectos. Los artículos de baño Ex Voto bastarían en otros hoteles de lujo, pero aquí se añaden kits completos de afeitado y manicura. ¿Y qué decir de las máquinas de café de las habitaciones? Nada que ver con las habituales expreso. El café, precisamente, vendrá muy bien, ya que hay mucho que explorar. La ruta puede empezar en Ma Dame, donde la cocina tradicional francesa y los productos frescos de mercado se mezclan con excelentes resultados. Hace unos años, Christian Dior abrió una tienda en el número 30 de la avenida Montaigne y, desde entonces, casi todas las grandes casas de moda europeas han seguido su ejemplo. El Grand Palais está a unos pasos, al igual que varias galerías de prestigio y, si eso no es suficiente, no tienes más que seguir tu olfato hasta Ladurée, cuyos macarons son una cúspide de la repostería.