La Comtesse

Por eso, si lo que te apetece es sentarte en un pequeño balcón y saborear una copa de vino blanco mientras contemplas una vista de postal del emblema de París (y por extensión de Francia), La Comtesse tiene lo que buscas. Las habitaciones y suites quizá no sean muy amplias, pero no hay que olvidar que estamos en la mítica Rive Gauche, en pleno corazón del distrito VII, y que, de todas formas, cada estancia nos ofrece todo lo que podemos esperar: una decoración elegante y discreta, pantalla plana, wifi gratuito y, cómo no, ventanales o balcón privado con vistas a la torre Eiffel. La decoración fusiona el romanticismo heredado de los salones literarios del s. XVIII con una estética depurada y contemporánea. Especialmente llamativas son las zonas comunes de la planta baja: los paneles del edificio de origen, pintados de rojo sangre, se combinan con estanterías que se levantan desde el suelo hasta el techo repletas de libros de arte y de diseño y con un fresco pintado en el techo que destaca entre el negro intenso, las tonalidades metálicas y una iluminación casi teatral.

La oferta se completa con un pequeño gimnasio con baño turco y un selecto desayuno continental con delicados petits fours para acompañar un excelente café crème. Y eso es todo… No hay restaurantes con estrellas ni coctelerías instaladas en la azotea, solo un estilo atemporal, una ubicación envidiable y, por supuesto, unas vistas de impresión. Adelante pues: configura los ajustes de tu cámara al atardecer, consigue la foto perfecta y repite la operación al amanecer. Nadie te mirará con cara rara: turista o no, es parte de la razón por la que viniste a París.