The Ludlow Hotel

Un hotel no necesita mucho más que excelentes habitaciones, áreas comunes estimulantes y servicio considerado y eficiente. Claro está, no es tan fácil como parece. Pero cuando se tiene el linaje de un hotel como The Ludlow, asociado a otros hoteles populares en New York como el Bowery, el Marlton y el Maritime, se comienza con un pie adelante.

El linaje de The Ludlow es particularmente notable, de la misma forma que lo es el del Bowery: las habitaciones son amplias y luminosas, con el sol entrando por grandes ventanas de bisagras, y el impecable estilo antiguo se siente arraigado en la historia pero con gran frescura en su terminación. Como centro social, el Ludlow está dando sus primeros pasos: en septiembre abrió Dirty French, un restaurante cuyo nombre se explica por sí mismo y cuyo propietario es Major Food Group, otra empresa local muy bien cotizada. Y el lounge del vestíbulo, con su patio exterior, seguramente aparecerá en muchas listas de recorridos nocturnos.

El servicio ilustra por qué nos gustan cada vez más las mini cadenas. Son grupos hoteleros con cantidades manejables de propiedades y experiencia supliendo calidad, pero están muy lejos de convertirse en enormes corporaciones con imágenes ultra estandarizadas. Como resultado, tenemos un hotel con personalidad propia donde la debe tener, lejos de lo convencional pero no cuando se trata del servicio; es fantástico que la vida nocturna se salga de lo común pero en la habitación todo debe estar en su lugar correcto.

Esperamos cosas positivas y creemos que no nos vamos a decepcionar. El Lower East Side, aunque ya no es la zona más excéntrica de Nueva York, dista mucho de haberse domesticado. Y si no ha contado con abundancia en lo que a hospitalidad se refiere, confiamos en que el Ludlow pueda hacer que eso cambie.