Sofitel New York

Puede que sólo sea nuestra debilidad por lo francés. O puede que sea el hecho de que, para ser una gran cadena hotelera, Sofitel parece tenerlo todo muy bien calculado: no sólo tiene la calidad propia de un hotel de negocios, sino también la personalidad que les falta a tantos otros, además de un sentido de la estética que podríamos catalogar de parisino, siempre y cuando no tuviéramos ánimo de huir de los estereotipos culturales.

La torre curvilínea del Sofitel New York llama poderosamente la atención de los viandantes de la calle 44, entre la Quinta y la Sexta avenida, esa parte de la zona central de Manhattan (Midtown) que parece estar cerca todo. El hotel tiene cerca de cuatrocientas habitaciones y la mayoría ofrecen unas vistas espectaculares, ya sea al edificio Chrysler, si hay suerte, o simplemente a la calle 44.

Además, ostentan un diseño coqueto que no peca de excesivo y su comodidad raya en el lujo: la ducha y la bañera independientes de estos cuartos de baño no suelen encontrarse en los exiguos espacios de Nueva York. El restaurante francés de influencia asiática Gaby y el Gaby Bar rematan la experiencia de un pequeño París en Nueva York; ambos llevan el nombre de una modelo parisina famosa en el Nueva York de los años veinte y están decorados con un estilo art déco que evoca esa nostalgia de la anteguerra tan característica de Midtown.