Modernhaus Soho

A pesar de la apabullante vida nocturna y la gran variedad de tiendas de diseño que caracterizan el distrito de Tribeca, al sur de Manhattan, siempre había habido una asombrosa escasez de alojamientos con estilo a la altura de semejante lujo. Sin embargo, eso pertenece al pasado, como suele decirse, porque el presente es bien distinto. The James es uno de los varios hoteles boutique de diseño y con aire joven e innovador que han abierto en este rincón de la ciudad, pero en su caso, logra destacar del resto gracias a un par de cuidados detalles.

El primero es la atención que presta a la moda, que se puede observar incluso antes de entrar al hotel: los uniformes de los porteros incluyen un largo abrigo de piel de oveja, no por elegante menos llamativo, y un sombrero ciertamente original; el resto del personal luce una indumentaria similarmente audaz. Un guiño inteligente de un hotel que pretende llamar la atención de la industria de la moda. Y el segundo es el bar, Jimmy, que a pesar de recrear un pub inglés algo idealizado, disfruta de una ubicación con la que ningún pub podría soñar jamás: se abre sobre una gran azotea, con su piscina y su vista panorámica del Hudson y de la línea de rascacielos del downtown.

Las habitaciones son algo pequeñas en comparación con otras ciudades, pero muy acordes a lo habitual en Nueva York. Una decoración minimalista y deliberadamente serena las convierte en un océano de tranquilidad, lejos de todo abigarramiento, y también aquí los detalles cobran especial importancia, como las duchas tipo lluvia o el suave y maravilloso tejido de las sábanas.


Aunque el ModernHaus está rodeado de algunos de las opciones de restauración más exquisitas de Nueva York, el hotel también ofrece opciones propias, desde el Jumpin Jacks, el bar del vestíbulo, y el Jimmy, situado en la azotea, hasta el Veranda, un restaurante dirigido por el chef George Mendes.