Hyatt Regency Palais de la Méditerranée

El Palais de la Méditerranée ha vuelto, sumando así un nuevo capítulo a su ya extendida historia. El “Méd” fue inaugurado en 1929, sólo unos meses antes de la crisis bursátil de Wall Street, en lo que fueron unos días frenéticos para su dueño, el estadounidense Franck Jay Gould, así como para sus huéspedes, entre los que se encontraban Scott y Zelda Fitzgerald, Josephine Baker y el mismísimo Maurice Chevalier. Este imponente edificio de art-déco pasó por buenas y malas rachas, hasta que cerró sus puertas en 1978, permaneciendo cerrado al público durante el resto del siglo antes de regresar con un nombre un poco más elaborado: el Hyatt Regency Nice Palais de la Méditerranée.

La fachada art-déco sigue en pie, si bien el resto del edificio ha sido reconstruido con un estilo mixto que combina elementos modernos con detalles de época. Las habitaciones no son las más espaciosas de la Rivera, pero sí destacan por su comodidad. No olvidemos que en un mercado tan competitivo como el de Niza, el espacio escasea. Aún así los cuartos de baño destacan por su amplitud, por ejemplo, están equipados con ducha y bañera separadas. Y si tiene suerte, tendrá una hermosa vista al mar.

La mayor parte de la acción se produce fuera de las habitaciones. El casino reabrió y el restaurante Le 3e es muy concurrido. También es posible disfrutar de actividades más saludables: la piscina del patio, con vista a mar a través de su columnata es un punto de encuentro social por sí sola. Además hay otra piscina interior en el gimnasio, muy bien equipado con máquinas, sauna, y sala de vapor.

Como diría cualquier experto en inversiones, el rendimiento pasado no es indicativo de los resultados futuros; es posible que al Méd le esperen tiempos de bonanza, o bien que esté en la cresta de la ola. En cualquier caso, si de algo estamos seguros es que a día de hoy El Palais de la Méditerranée es el lugar ideal para divertirse, como lo hicieron la actriz Josephine Baker y tantos otros, lejos ya de los días sombríos de la crisis del 29.