Hotel Fauchere

Suele decirse que Pensilvania es un microcosmos de Estados Unidos: una gran ciudad en cada extremo y casi 500 kilómetros de granjas, montañas y pueblecitos entre ambas. Visto desde fuera, el Hotel Fauchère de Milford, cuya fachada parece sacada del gótico estadounidense, te parecerá una casa de labranza ideal de la Pensilvania rural. En el interior, en cambio, se oculta un hotel boutique mucho más contemporáneo y cosmopolita de lo que podrías imaginar, que echa por tierra la idea de una Norteamérica rural profunda y retrógrada.

Si bien es cierto que esta zona de Pensilvania suele asociarse a las vacaciones en familia, en el Fauchère se respira un ambiente de lo más selecto. Con la renovación, el número de habitaciones se redujo a la mitad, y su tamaño medio se multiplicó por dos, un cambio que se aprecia sobre todo en los lujosos cuartos de baño estilo spa, surtidos de productos de tocador Kiehl’s. El estilo es de una contemporaneidad conservadora, mientras que las instalaciones son modernas, desde las camas inmensas con edredones de plumas hasta el suelo radiante.

Las ilustraciones son obra de artistas de la zona, la mayoría de la Hudson River School, un gran avance con respecto a la típica decoración de hotel. En cuanto a la oferta gastronómica, a pesar de que no suele ser el principal atractivo de Pensilvania, el restaurante y (por increíble que parezca) la pastelería del Fauchère son de primera categoría. La gran fotografía de John Lennon y Andy Warhol que preside la barra de la coctelería da una idea de lo urbano que resulta este hotel rural. Si el tráfico lo permite, los neoyorquinos pueden llegar en menos de dos horas, de modo que es un hotel idóneo para escapar de la ciudad.