SETOUCHI RETREAT by Onko Chishin

El culpable no es otro que Tadao Ando, quien ha dejado su magistral sello en cada centímetro de la construcción: la inquebrantable pureza de líneas japonesa y la voluntad de crear espacios ostensiblemente vacíos demuestran aquí la profunda consideración del prestigioso arquitecto por los materiales utilizados. La atmósfera, en absoluto abrumadora, mueve más bien a un respetuoso silencio: contemplando el jardín de rocas o las vistas a través de los grandes ventanales, sentirás cómo la frenética actividad de tu mente va ralentizándose para adaptarse a su entorno. Entre las manos de Ando, el hormigón se vuelve paradójicamente ligero y los rayos de luz que se filtran través del cristal parecen investirse de dignidad. Tómate tu tiempo para fundirte por completo con el decorado…

La promesa de “lujo minimalista” que hace el hotel está completamente justificada, incluido en las siete suites. El blanco sobre blanco se ve interrumpido por una lámpara de pie aquí, un artístico mueble de madera clara allá, pero, sobre todo, no hay ningún elemento que perturbe la serenidad del lugar. El hotel dispone obviamente de todas las tecnologías obligadas a día de hoy (pantallas planas, control mediante iPad, wifi gratuito), las cuales quedan eclipsadas por las vistas al mar que ofrecen las terrazas, en ocasiones con bañera de hidromasaje. Si a pesar de todo decides salir de tu habitación, has de saber que el misterio se mantiene intacto en las zonas comunes: ya sea en el restaurante, degustando unos udon (una especialidad de Shikoku), o contemplando el cielo en la piscina, te invadirá una sensación de claridad cristalina que, con suerte, lograrás llevarte de vuelta a casa.

Cómo llegar: El Setouchi Retreat AONAGI está a 40 minutos en coche del aeropuerto de Matsuyama y a 30 minutos en coche de la estación de Matsuyama de la red JR Shikoku.