Dar Kandi

Desde la perspectiva de un aficionado a los hoteles, lo mejor que puede ofrecer Marrakech quizá sean los pequeños hoteles privados que se esconden en los riads de la medina. Estas casas distribuidas en torno a un patio interior se ocultan tras los muros que bordean las calles del casco histórico, encerrando por lo general una sutil combinación de romanticismo oriental, elegancia contemporánea y lujo actual. El riad de Dar Kandi, una residencia de 1915 del barrio de Bab Doukkala, no lejos de la céntrica plaza de Yamaa el Fna, siempre ha sido uno de los más recomendables, pero solo ahora, después de la reforma que sus nuevos propietarios italianos le hicieron en 2018, se ha convertido en uno de esos establecimientos en los que hay que alojarse sí o sí…

Lo que lo diferencia del resto es apenas palpable, un estilo algo especial combinado con un ambiente relajado y lujoso, pero nunca ostentoso. Con solo seis habitaciones, el huésped nunca tiene la impresión de estar en un lugar masificado. De hecho, con tres terrazas —una para la piscina y el solárium, otra utilizada como salón y una tercera que completa el comedor— lo difícil será no tener la impresión de que tienes toda la casa para ti. La cocina, como el hammam, es tradicional y el personal estará encantado de ayudarte a organizar sus excursiones. Si estás buscando un nuevo pied-à-terre en la Ciudad Roja, este podría ser tu lugar.