Amanjena

El Amanjena es el primer Aman resort del continente africano. Los 28 pabellones y los seis dúplex del complejo se encuentran en medio de un oasis, rodeados de palmeras y verdes olivos. Los muros del Amanjena, de color rosáceo, reflejan Marrakech, conocida en árabe como Al Medina al-Hamra (la ciudad roja). El diseño del complejo emula los antiguos edificios de adobe árabes, y se inspira en los poblados beréberes colgados de las faldas del Monte Atlas.

Marrakech resurgió de sus cenizas gracias a los magníficos sistemas de irrigación almorávides allá por el siglo XI. Y así el agua es, nada más y nada menos, el elemento unificador de Amanjena, que tiene como eje central un gran estanque que antiguamente se utilizaba como alberca para almacenar agua de riego. Los pabellones y los dúplex del Amanjena se extienden en dos direcciones desde el estanque, separados por pilas que reflejan un paisaje de verdes campos y viñas, tejados de color esmeralda, fuentes de mármol y brillantes azulejos tallados a mano (zellij).
Para acceder a Amanjena hay que atravesar una puerta de dos hojas de roble talladas a mano que llevan al paseo central. Unas fuentes exteriores y senderos rodeados de columnatas flanquean la entrada. El Amanjena (que significa «paraíso lleno de paz») se inauguró en el año 2000.

Los 28 pabellones del complejo cuentan con aire acondicionado e incluyen una habitación-sala de estar y un amplio cuarto de baño con zona de vestidor. El alto y abovedado techo de la habitación da cobijo a una enorme cama king size junto a una chimenea abierta. Los faroles de latón y las alfombras beréberes refuerzan con discreción el ambiente marroquí. Entre los muebles se incluye un sofá-cama con una mesa y una silla de acompañamiento. Las suites disponen de minibar, reproductor de CD y TV/DVD, y el verde mármol marroquí y la bañera, con decoración ambientada en un jardín, realzan la belleza del cuarto de baño. Todos los pabellones cuentan con su propio patio, en el que se puede encontrar un minzah (cenador) y una fuente. Los seis pabellones de la fuente del Amanjena se distribuyen alrededor del estanque central.

El complejo también cuenta con cuatro dúplex de siete metros de altura, al estilo de las casas de las ciudades marroquíes, con triples ventanas en la segunda planta que dan al interior, como a un patio con jardín. La zona de estar, en la planta baja, cuenta con una chimenea con corte de arco, una fuente de pared con adornos de zellij y un pequeño cuarto de baño. En la misma planta encontramos la habitación de los huéspedes, con su cama queen size, un cuarto de baño completo, un vestidor doble y acceso independiente al patio. En la planta superior, el cuarto de baño nos deslumbra con sus columnas de mármol, su ducha abovedada, sus cabinas con inodoros y su bañera de mármol verde flanqueada por pilares. En el dormitorio se pueden encontrar una cama king size y un diván. Los dúplex también disponen de una piscina privada de seis metros, un jardín y un minzah. Dos de los dúplex disfrutan de un patio con jardín que cuenta con dos fuentes (una de pared y otra en el suelo), un minzah, una chimenea exterior y servicio de mayordomo, así como un office.

El restaurante marroquí, especializado en la cocina local, luce su fuente de ónice festoneada, rodeada por palmeras de dátiles, 80 columnas de ónice, pantallas de madera y un tragaluz en forma de pirámide. Solo abre para la cena. El desayuno, el almuerzo y la cena se sirven en el restaurante, cuyos platos occidentales y tailandeses se pueden degustar en su interior o en un patio ajardinado. El almuerzo y los refrigerios se sirven en la Terraza de la Piscina. El Bar (y fumoir) luce sus espejos ahumados, antiguas dagas beréberes y espadas árabes.

La biblioteca es una estancia distribuida en dos plantas, iluminada por faroles que cuelgan del techo, a seis metros del suelo, por la luz natural que se filtra a través de una ventana abierta en distintas alturas y en ocasiones por las llamas de su chimenea. La biblioteca también cuenta con un balcón que rodea el perímetro de la sala. En ella podrás encontrar libros, revistas, periódicos, CDs y DVDs. Los huéspedes tienen a su disposición una amplia variedad de material de dibujo: acuarelas, tintas, pinturas acrílicas, pinturas al óleo y lienzos.

La piscina exterior climatizada de Amanjena mide 33 metros, con su acabado de azulejos verdes, y está rodeada de hibiscos. El hotel también dispone de una piscina sin profundidad independiente. El hammam o baño de vapor es esencial para la vida marroquí. Como era de esperar, ocupa un lugar de honor en medio del centro de bienestar y belleza del Amanjena. Cada hammam (existe uno para hombres y otro para mujeres) cuenta con instalaciones complementarias: duchas, baños, una zona de vestidor y una piscina de hidromasaje acristalada. Los tratamientos que se ofrecen en el centro de belleza incluyen masajes, manicura, pedicura y cuidados faciales. El centro también dispone de un gimnasio con el suelo de madera.

En la columnata con techo de madera de cedro que se encuentra junto a la piscina existen tres boutiques. Estas tiendas ofrecen algunos objetos exclusivos, como una excelente selección de objetos de artesanía, joyería, faroles de latón, alfarería y antigüedades típicas de Marruecos. Toda la ropa del hogar, que incluye mantones, manteles, caftanes y chilabas, ha sido confeccionada a mano.
Dos canchas de tenis, iluminadas por la noche, están a disposición de sus huéspedes con minzahs en cada uno de sus extremos para poder tomar una bebida durante los descansos.