Bay of Many Coves

Antes de nada, hagamos una aclaración: Bay of Many Coves es el nombre tanto del hotel como de la extensión de agua que se despliega a sus pies. Si estas costas estuviesen abarrotadas de resorts, imagínese la confusión… Por suerte, este es uno de esos hoteles neozelandeses inmersos en un extenso y tranquilo entorno natural, sin nadie prácticamente con quien compartirlo. No hay peligro de que su helicóptero, hidroavión o ferry lleguen al hotel equivocado, ya que en Bay of Many Coves (“la bahía de las muchas calas”) solo hay uno, tan impresionante, dicho sea de paso, como su ubicación.
El medio elegido para llegar es lo de menos. El viaje es espectacular y a su llegada será recibido con el único medio de transporte terrestre disponible: un carrito de golf. A menos que tengamos en cuenta las rutas de senderismo, no hay caminos de entrada o de salida. Una situación de ensueño para cualquier excursionista, nadador, piragüista o remero o simplemente para alguien que disfrute saboreando un marisco ultrafresco en un entorno de una belleza inimaginable, un lugar que solo podrá encontrar en Nueva Zelanda. Y esas son solo algunas de las actividades propuestas. También podrá sumergirse en una bañera de hidromasaje de cedro (si no prefiere hacerlo en la piscina descubierta climatizada), nadar con delfines o dar un paseo en barca por la bahía con la esperanza de avistar orcas. Eso sin hablar de la pesca, la navegación, las catas de vinos o, en caso de que sea aficionado a ello, de la posibilidad de dar un simple paseo nocturno contemplando los gusanos luminosos que proliferan en la zona*. La pesca, en particular, goza de renombre mundial, lo mismo que los estupendos sauvignon blancs de la región.
(*Al no estar familiarizados con lo que se hace en el extranjero, no estamos en condiciones de evaluar los méritos comparativos del programa de gusanos luminosos del hotel, pero, a día de hoy, nadie ha presentado queja alguna…)
Lo último en un lugar así es esconderse en la habitación, pero aun así, y aunque solo fuera para descansar después de un día disfrutando al aire libre, el alojamiento es de primera. Más que de habitaciones, habría que hablar de apartamentos modernos inmersos en la naturaleza y dotados de cocinas, amplios baños, comedores y zonas de estar. Todo ello orientado hacia una pared acristalada y una terraza privada con vistas a la bahía y a sus muchas y desérticas calas.
Cómo llegar: Bay of Many Coves está a tan solo 30 minutos en ferry del pueblo de Picton. Sounds Air opera vuelos desde Wellington hasta el aeropuerto de Picton Kormiko. Air New Zealand propone vuelos regulares hasta Blenheim, a 30 minutos en coche de Picton.