Can Simoneta - Adults Only

En este inmueble, enclavado en lo alto de un tranquilo acantilado de la costa este de Mallorca, no siempre se han servido cócteles junto a un jacuzzi. En realidad, la casa principal era el retiro de un monje enfermo que requería tratamientos de agua salada con frecuencia. Desde que fue meticulosamente renovado hace unos años, el Can Simoneta ofrece unas habitaciones y suites que distan mucho de ser monásticas, sin sacrificar la apacible armonía del entorno natural.
Uno de los dos edificios de piedra en los que se encuentran las dieciocho suites y habitaciones tiene unas vistas espectaculares al Mediterráneo. El ambiente sencillo y relajante se ve realzado por elegantes muebles, como las románticas camas con dosel y ropa de cama fina color crema. Las habitaciones más atractivas tienen terraza y enormes ventanales, y todas ellas ofrecen servicios contemporáneos, como televisión vía satélite, conexión a Internet y amplios cuartos de baño de líneas elegantes, que no dejan traslucir el modesto pasado del edificio.
Aunque sólo está a una hora del aeropuerto de Palma, es un lugar bastante apartado, nada recomendable para los veraneantes adictos a las actividades y la vida nocturna. El Can Simoneta es un destino vacacional de mar idóneo para descansar, escuchar el piar de los pájaros y pasear por jardines en flor, y el plan más atractivo de la tarde es bajar con un par de vasos de sangría por la curva pronunciada que forman las escaleras esculpidas en la roca para contemplar la puesta de sol desde la piscina natural, cerca del borde del mar. Se organizan numerosas cenas para dos a la luz de las velas al borde del acantilado —los huéspedes con niños pequeños tendrán que tener cuidado—, y en el restaurante blanco se desayuna y se come en un ambiente más informal. Si tiene fuerzas para levantarse de la hamaca, podrá hacer alguna que otra excursión a las bahías y cuevas de la zona.