Araya Totoan

Un ryokan es tanto un tipo de hotel como una tradición cultural: una tradición que se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos, basándose no tanto en el afán de novedad como en la más meticulosa atención a los detalles más pequeños. Y meticuloso, precisamente, es el calificativo que mejor define al Araya Totoan, situado en las montañas de la prefectura de Ishikawa. Proyectar una habitación con vistas y luz natural es una cosa y otra muy distinta prever la forma en que una sutil planta en flor proyectará su sombra sobre la pared trasera, la forma en que los colores del bosque se reflejarán en una mesa de cristal en forma de charco en una habitación a oscuras o la manera en que la luz se filtrará por las estrechas rendijas de un biombo de bambú.

En las estancias, el sencillo dormitorio con camas tipo futón se completa con una sala de estar decorada en tonos neutros y dotadas de suelos de tatami y ventanas con vistas al bosque. Su sucinta decoración se limita a alguna que otra obra de arte japonés contemporáneo, lámparas con vistosas pantallas de papel y, en el caso de la habitación Sukiya, obras del calígrafo Rosanjin, quien pasó un año en el ryokan a principios del siglo XX, si bien la habitación que realmente ocupó fue la estancia Maeda-han, con columnas lacadas y paredes en el color bermellón típico de la región. Cada habitación se completa con su propia terraza y un baño de estilo rústico en fragante madera de ciprés, alimentado por las aguas termales.

Además de los baños privados, el ryokan dispone comparativamente de casi más baños públicos (tres) que habitaciones (siete). Los tres son diferentes entre sí: uno está hecho con una madera especialmente aromática y se encuentra junto a un pequeño jardín japonés; otro, rodeado de rocas cubiertas de musgo, está acondicionado en un estanque alimentado por las aguas de un manantial, que brotan calientes desde abajo; mientras que el último es parecido a una misteriosa gruta con paredes oscuras y escasa iluminación natural.

Tratándose de la restauración, Araya Totoan propone platos que cambian con la temporada y tan bonitos que daría pena comerlos si no estuvieran tan deliciosos. Aunque la ciudad de Kaga está en las montañas, Ishikawa es una prefectura costera, y los ingredientes utilizados son lo mejor de ambos mundos: besugo rojo y crisantemos en primavera, abulón y berenjena en verano, gambas violetas a juego con el follaje en otoño, cangrejos de las nieves y daikon en invierno... Como habrás adivinado, esto es sólo una pequeña parte de todo lo que podrás probar aquí: como ryokan que se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos, Araya Totoan va revelando sus muchos encantos poco a poco.

Cómo llegar: Araya Totoan ofrece un servicio de transfer gratuito desde la estación JR Kaga Onsen previa concertación (10 minutos en coche). El aeropuerto de Komatsu se encuentra a unos 25 minutos en taxi de Araya Totoan.

Detalles de la reserva: Araya Totoan requiere información adicional de sus huéspedes para garantizar la mejor estancia posible. Por ello, las reservas sólo pueden confirmarse a través de nuestro servicio de atención al cliente. Para más ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. A partir de 107 000 JPY/noche.