The Kahala Hotel & Resort

Este tranquilo hotel situado en una próspera zona residencial frente al mar es el diamante de Diamond Head. Con esta ubicación y su playa privada, es lógico que el Kahala (antes un Hilton) fuera el rincón hawaiano favorito de las grandes figuras de Hollywood de los años 50 y 60.
Naturalmente, no hay nada más horrible que un complejo hotelero isleño anquilosado en su época dorada, esperando el regreso del Rat Pack. Por suerte, el Kahala no tiene ese problema. Este hotel es sumamente lujoso y moderno, y ofrece un servicio de alto nivel —unas atenciones que rayan en la obsesión— y unas instalaciones de primera categoría, decoradas con una mezcla de estilos orientales y hawaianos, en la que los estampados floreados isleños kitsch brillan por su ausencia.

En lo que se refiere a la oferta de ocio, la playa es el principal atractivo de este lugar. Se ofrece equipamiento para todo tipo de deportes acuáticos, aunque los huéspedes más sedentarios seguramente se conformarán con una silla y una toalla. Si la playa privada no te parece lo suficientemente íntima, puedes alquilar una carpa privada y pedir a los «mayordomos de playa» que te traigan toallas frescas y te refresquen con vaporizadores. Y si esto no te impresiona, prueba a nadar con los delfines de la laguna privada del hotel.

El Kahala goza de una magnífica ubicación; a pesar de encontrarse a solo diez minutos de la playa de Waikiki, parece un hotel perdido en una isla. El paisaje natural es espectacular, de postal. Las dos suites de la playa parecen un complejo hotelero privado en miniatura: se encuentran a solo unos pasos del mar, y cuentan con todos los servicios del hotel principal.

No faltan bares y restaurantes en el Kahala. El Hoku es un restaurante exclusivo con vistas a la playa privada, y su cocina no parece tener límites (desde hawaiana hasta india, pasando por otras tantas). Su chef se especializa en marisco; si se lo encargad con un día de antelación, te hará una torre de marisco sobre hielo, aunque en la carta figuran platos más comunes, como bogavante americano de Kona frito en el wok al estilo tailandés.