Grand Hotel Heiligendamm

El Báltico no es un mar tropical, pero sigue siendo un mar, y para los aristócratas alemanes del siglo XIX, Heiligendamm era el Cannes o el St. Tropez de Alemania. Desde entonces, este paraíso del Báltico se ha visto sobrepasado por los acontecimientos; pero ahora, después de un proyecto de recuperación gigantesco, Heiligendamm ha vuelto a la carga, y el Grand Hotel del grupo Kempinski lidera el envite.

El estilo es sumamente elegante: la fachada de los antiguos palacios blancos ha sido restaurada con esmero, y los interiores están a caballo entre el lujo contemporáneo y el espíritu de 1793. Las suites son enormes, al igual que las habitaciones estándar, que ofrecen mucha amplitud y tienen vistas a los parques y a los jardines o al mar Báltico. Las comodidades son sumamente modernas, desde el suelo radiante de los cuartos de baño de piedra bien equipados hasta la alta tecnología de las habitaciones.

Su condición histórica de ciudad balneario es uno de los principales atractivos de la renacida Heiligendamm, y el Grand Hotel contribuye a ese encanto con un gran centro de bienestar que, además de masajes y tratamientos de belleza, ofrece una piscina cubierta, un gimnasio completamente equipado y tratamientos de frío y calor que van desde la abrasadora sauna finlandesa hasta la fría y tonificante piscina Kneipp, pasando por la gélida cabina de hielo. Si bien es cierto que el clima no es cálido, Heiligendamm es un destino popular para pasar las vacaciones en el mar.