Four Seasons Resort Costa Rica at Peninsula Papagayo

Al pensar en Costa Rica, la imagen que a la mayoría nos viene inmediatamente a la cabeza es la de un hotelito ecológico enclavado en plena selva. No obstante, la idea de un complejo hotelero de lujo como el Four Seasons Resort Costa Rica at Península Papagayo es menos disparatada de lo que parece.

Para empezar, esos pequeños campamentos selváticos raras veces ofrecen campos de golf diseñados por Arnold Palmer. Además, no hay por qué sacrificar la zona; el Four Seasons goza de una ubicación estratégica en lo alto de una pintoresca ladera, desde donde se divisan las azulísimas aguas del Pacífico. Un arquitecto del país lo diseñó para complementar el paisaje con sus edificios de estuco rosa y sus pabellones con tejados de paja y abiertos para que entre la brisa. Los espaciosos y aireados interiores lucen materiales naturales como el bambú, la rota, la piedra lisa y la madera de los bosques de la zona.

Si bien no se trata de un complejo hotelero ecológico propiamente dicho, el Four Seasons ha llevado adelante algunas iniciativas ecológicas, por ejemplo, parte del agua es reciclada y el campo de golf ecológico ha merecido el reconocimiento de Audubon International. Por otro lado, están los detalles que recuerdan a los huéspedes que el hotel pertenece a una cadena de lujo internacional: varios restaurantes gastronómicos y un bar con mucho estilo en el vestíbulo, varias piscinas enormes (una de agua dulce, otra solo para adultos y una gruta con una piscina de hidromasaje), artículos de baño L'Occitane, un gimnasio en dos niveles con bicicletas elípticas equipadas con pantallas de televisión individuales, un centro de juegos infantiles y un inmenso spa cubierto y al aire libre.

Con tantos servicios, la decoración de las 155 habitaciones y suites del complejo hotelero casi parece lo de menos. Sin embargo, las magníficas suites Canopy son impresionantes y no se ajustan al patrón del Four Seasons; están un poco apartadas del bullicio del complejo hotelero, construidas sobre pilotes, entre las copas de los árboles, con sus piscinas privadas que se confunden en el horizonte con el mar. Independientemente de su sabor local, es un placer ser un huésped del Four Seasons, donde incluso en una habitación estándar se puede disfrutar de un reproductor de DVD, conexión a Internet de alta velocidad, una terraza o un balcón particular y un atractivo cuarto de baño de mármol con bañera grande.