Corte della Maestà

Puede que todos los caminos conduzcan a Roma pero nada le impide dar una vuelta en U. No tendrá que viajar lejos de la capital para divisar la villa medieval Civita di Bagnoregio levantarse ante usted sobre una colina. Es una vista tan magnífica que le costará creer que los italianos una vez la apodaron la cittá che muore – la ciudad moribunda. Pero los desastres naturales suceden aún en parajes tan bucólicos como este: un terremoto sacudió el área en 1685 y los residentes huyeron, incluso el obispo, que abandonó su casa y seminario.

Siglos después, un psicólogo italiano y su esposa compraron el lugar. Conservaron parte del antiguo departamento del obispo para un segundo hogar y convirtieron el resto en una encantadora hostería llamada Corte della Maestà. El nombre significa “Corte de la Majestad”, algo que podría sonar un poco exagerado para una casa de huéspedes, al menos hasta que pueda apreciar sus interiores.

Es difícil imaginar un lugar más hermoso para una escapada con tan conveniente proximidad a Roma. Las llegadas en la noche son especialmente mágicas: las refulgentes velas en sus robustas linternas de vidrio iluminan la ruta a través de la entrada enmarcada en hiedra y le invitan a entrar por pasillos con arcos de piedra hacia los espacios interiores de la vieja residencia con sus paredes de ladrillos, donde hay frescos que adornan los techos y un acogedor fuego que arde en la antigua chimenea. Solamente hay cinco habitaciones, todas con vistas, y cada una restaurada meticulosamente y terminada con la colección de arte original y muebles antiguos del dueño. Una de ellas tiene una cama con dosel y una tina de hierro con patas, otra tiene un fresco original y otra cuenta con un cabezal decorativo de cama utilizado originalmente en una producción de teatro del siglo XIX. Ese encanto del viejo mundo se conserva cuidadosamente; no hay televisión ni aire acondicionado. Pero a la misma vez los dueños son realistas así que ofrecen wi-fi de alta velocidad en toda la propiedad.

Utilícelo tal vez para capturar en Instagram el pintoresco desayuno bajo el inmenso árbol de higo, o el resplandeciente jardín florecido con enormes hortensias, o los tradicionales pasteles que se hornean todas las tardes, o la selección de vinos y quesos locales servida a la luz de las velas en la vieja bodega del obispo. Si hay buen tiempo, una caminata nocturna por los alrededores de Civita di Bagnoregio es una maravilla. Fíjese en los restaurantes, administrados por familias, al lado de la plaza adoquinada, y el largo puente peatonal que conecta el pueblo con la Italia del presente. Bajo cualquier condición de tiempo, Corte della Maestà, con su acogedora biblioteca y su bodega, que incluye hasta un antiguo piano Forneris, es igualmente interesante. No hay restaurante oficial pero a petición se sirven cenas, aperitivos o una excelente tabla de quesos junto a la chimenea. La Ciudad Eterna puede esperar, en lo que a nosotros respecta. Esta ciudad moribunda es justo lo que buscamos.