The Dewberry

El edificio que acoge el Dewberry tiene sus años, pero en su versión actual como hotel boutique es totalmente nuevo. Este edificio emblemático del centro de Charleston antes conocido como el L. Mendel Rivers Federal Building lleva ahora el nombre de John Dewberry, el promotor de Atlanta que dedicó casi una década a transformarlo. No contento con reinventar la sencilla fachada de ladrillo rojo, nuestro hombre contrató a artesanos locales para que la personalizaran con un enlucido gris de efecto decapado. No contento con recuperar los parterres, mandó construir un romántico jardín cerrado que evoca el viejo Charleston. Acto seguido concibió el diseño del spa, que acondicionó en su propio garaje, y por el camino reunió a un increíble equipo de arquitectos, especialistas en iluminación y paisajistas, que, en estrecha colaboración con una empresa de diseño con sede en Brooklyn y un diseñador restaurador de Charleston, concibió, entre otros, los lujosos baños con predominio del mármol y el latón.
Opulencia y encanto sureño sumados a unas líneas limpias y contemporáneas: eso es, en pocas palabras, lo que propone The Dewberry. Prácticamente todas las superficies del vestíbulo, las zonas comunes y las habitaciones son de piedra lisa o madera dura (travertino, mármol Danby, cerezo, roble, nogal, caoba), mientras que los muebles son recuperados o hechos a medida y a mano. Las habitaciones destacan por sus grandes ventanales –muchos de ellos con vistas al puerto de Charleston–, sus obras de arte originales y sus minibares, con productos de temporada seleccionados por el chef ejecutivo del hotel. El hotel ha puesto mucho cuidado en seleccionar solo lo mejor de lo mejor: muchos de los detalles, desde las sábanas y toallas de alta gama hasta los colchones, son importados de Irlanda.
En el bajo, una encantadora sala de estar acoge a los huéspedes desde el mediodía hasta la medianoche: no dude en tomar el té de la tarde o saborear un cóctel en su llamativa barra de latón como preludio a la cena. La brasserie Henrietta’s, llamada a nuestro parecer a convertirse en una de las referencias gastronómicas de Charleston, propone especialidades clásicas de pescados y mariscos a degustar en un marco refinado, el tipo de lugar en que el blanco de los manteles hace juego con las chaquetas de esmoquin blanco de los camareros. El Dewberry es un romántico reflejo del pasado de la ciudad y una pista sobre lo puede depararle el futuro: un recién llegado elegante y con estilo a la escena hotelera de la ciudad y un referente nuevo en un edificio antiguo.